Bengalas es un artificio lanzado al aire que intenta claridad sobre ámbitos que requieren nueva luz y perspectiva, como prueba PIRA (provocadora, informadora, reforzadora y amablemente diagnóstica). Luego, viene la reflexión, el diálogo y un procesamiento más complejo (J. Segura Munera).
La fundación de Roma se recoge en el mito de la loba capitolina. Es el sueño de ZP, en vez de sentirse un becerrín de oro. La gente prefiere esa innoble tentación provisional ante la lejanía del dios del desierto y de las tablas de la ley. El becerrín nos da vidilla, la realidad es desesperante. Ahora, adquirir la forma de la loba capitolina con su símbolo fundacional y materno, en vez del miserable becerrín de la sed y el desespero, mola mucho. Sobre todo para delirios de alianza de civilizaciones (¡Jo, qué risa!). Además, cumple mucho con la necesidad de dar de mamar a los huérfanos de la tierra. ¡Qué ilusión para ilusos e ilusionistas! Dos estirpes se amparan en las generosas ubres, los mamones y los gañanes. Los mamones son expotadores parásitos. Los gañanes integran en el sistema a los rebaños de "sociolistillos" y demás que olvidaron su condición de señores. ZP se lo pasa divino de loba capitolina de la psoe. ¡Qué rebaño!
Naturalmente, seiscientos euros son poco para exaltar la fecundidad de la loba capitolina, escanciando vino exquisito en gargantas como las de Arenillas, en una escena de sofá y de tráfico de influencias. Al final, se les escapa su condición de villanos a quienes puede comprar cualquiera. Horteras que desconocen el valor del trabajo y del dinero.Todo es una frivolidad. Estos mamones insaciables arrastran el egoísmo y la miseria con la exhibición del despilfarro y... que se mueran de hambre los proletarios y la Comisión Nacional del Mercado de Valores(otro de los innumerables lupanares de alto standing al que se puede llegar con el carnet en la boca). Luego, están los montillas y amontillados que encontraron el muro insuperable de la dignidad y se quedaron en los basureros para pastorear rebaños y alimentar gusanos.Al final, los proletarios no son más que carne de cañón.Pero, es mejor encubrirlo todo bajo la mítica loba capitolina.
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La fundación de Roma se recoge en el mito de la loba capitolina. Es el sueño de ZP, en vez de sentirse un becerrín de oro. La gente prefiere esa innoble tentación provisional ante la lejanía del dios del desierto y de las tablas de la ley. El becerrín nos da vidilla, la realidad es desesperante. Ahora, adquirir la forma de la loba capitolina con su símbolo fundacional y materno, en vez del miserable becerrín de la sed y el desespero, mola mucho. Sobre todo para delirios de alianza de civilizaciones (¡Jo, qué risa!). Además, cumple mucho con la necesidad de dar de mamar a los huérfanos de la tierra. ¡Qué ilusión para ilusos e ilusionistas! Dos estirpes se amparan en las generosas ubres, los mamones y los gañanes. Los mamones son expotadores parásitos. Los gañanes integran en el sistema a los rebaños de "sociolistillos" y demás que olvidaron su condición de señores. ZP se lo pasa divino de loba capitolina de la psoe. ¡Qué rebaño!
Naturalmente, seiscientos euros son poco para exaltar la fecundidad de la loba capitolina, escanciando vino exquisito en gargantas como las de Arenillas, en una escena de sofá y de tráfico de influencias. Al final, se les escapa su condición de villanos a quienes puede comprar cualquiera. Horteras que desconocen el valor del trabajo y del dinero.Todo es una frivolidad. Estos mamones insaciables arrastran el egoísmo y la miseria con la exhibición del despilfarro y... que se mueran de hambre los proletarios y la Comisión Nacional del Mercado de Valores(otro de los innumerables lupanares de alto standing al que se puede llegar con el carnet en la boca). Luego, están los montillas y amontillados que encontraron el muro insuperable de la dignidad y se quedaron en los basureros para pastorear rebaños y alimentar gusanos.Al final, los proletarios no son más que carne de cañón.Pero, es mejor encubrirlo todo bajo la mítica loba capitolina.
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