jueves, 26 de junio de 2008

El vaticanista Peces Barba, lacayo de ZP, tras su

fracaso como Alto Comisionado para (la traición a) las Víctimas del Terrorismo, vuelve, subiéndose al globo del mesianismo neonazisocialista, a la defensa de su totalitarismo laico del que se profesa pontífice y, en su defensa, como Inquisidor General. La ciencia lleva a la humildad, a la certeza razonable y al riesgo sereno que, curiosamente, abre a una auténtica actitud teologal ante lo real, es decir, cree, espera y ama la realidad radicalmente; la ignorancia es un totalitarismo sordo, oscuro y borde y la pretenciosidad iluminada conduce a la estupidez. El laicismo auténtico es el que lucha contra cualquier totalitarismo -sacralización de la propia presunción o delirio-.

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