sabes que estás en una autocracia y aquí el que manda es mi niño Zapatero y por consiguiente, entre nosotros no dimite nadie. Nuestro totalitarismo se lo mama, amoroso, nuestro pueblo, los trabajadores que viven religiosamente de nuestros engaños y mentirosas promesas, de nuestras chapuzas y de nuestra incomptencia, de nuestra prepotencia y chulería. Somos infalibles. Os podemos mear errores, faltas, delitos y la gente nos vuelve a votar, a darnos la razón. Somos más infalibles que el papa. No te arrugues cabrón. Llévame a los tribunales, imbécil.
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