Ojo con esos huesos de la memoria que son míos. Tengo mucho caldo y ropa vieja que cocer para echarlos en el olvido. Y, mientras tanto, que ZP vaya de hijo pródigo por ahí despistando con lo de la octava potencia del mundo y a ver si le mira Bush, y los sindicatos calladitos no sea que nos levanten los faldones en esta crisis financiera del Prestige, de la guerra de Irak, de las Azores y del triángulo de las Bermudas. Los huesos fuera del hoyo y los vivos al bollo. ¡Qué lágrimas benditas, qué muertos más benéficos! ¡Esto es Hallowin!
No hay comentarios:
Publicar un comentario