La constitucionalidad del Estatuto de Cataluña y las

servidumbres leguleyas de los poderes del Estado han sido dispuestas para el atropello de los derechos individuales de los ciudadanos en España. En un ejercicio de cinismo e incompetencia los administradores de nuestras instituciones se han rendido a los caprichos y a la incompetencia de quienes nos gobiernan y a su genial amito ZP. Ahí tienen al jovencito Caamaño alfombrando sus delirios, al mamporrero Montilla, a la vejada presidenta del Constitucional por su dueña MªTeresa de la Vega que ya exhibió su capacidad de abroncarla en un desfile militar. Penoso.