martes, 27 de octubre de 2009

No os perdáis Katyn. Un poderoso alegato contra la

miseria moral y los desastres de la opresión totalitaria, el cinismo y la claudicación. Se describen con crudeza los modelos del bestiario humano entre dos grandes mentiras, el nazismo y el comunismo. La volveré a ver. Estoy en Barcelona. Dos únicos cines programan este monumento. Estoy entre dos grandes mentiras, la iluminada y bobodolemne de ZP y su termitero y la del avispero de taifas que devoran y atropellan a los ciudadanos. La masacre de Katyn había tenido precedentes muy recientes (Paracuellos?) al que siguió un sordo y ensordecedor holocausto nazi y el prolongado comunista sin que "el pueblo" hubiera aprendido lección alguna, brindando y confiando en una democracia entregada a "arrogantes y fanáticos conductores". Volveré a verla para recoger la maravilla como se describen las actitudes de los personajes, desde los crueles y tramposos criminales hasta los héroes impotentes ante su cruel destino, el beneficiado por el "cambio" producido en la nueva Polonia, los adaptados al nuevo régimen por sobrevivir y luego, tal vez, medrar, el silencio de los corderos redivivo, la ingenuidad, la impotencia y el atropellado y suicida héroe romántico.

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