lunes, 20 de febrero de 2012

La desgarrada proyección maternal de la Coixet

encuentra en el delirante pibito Garzón, la objetivación de sus virginales y ciegas fabulaciones. Considerando su entrega a ZP con Miguelón en la Expo de China, ¿por qué se le abren las carnes y entrega sus entrañas a evidentes desviaciones psicopáticas? Se entenebrece mi secreto amor por la Coixet, reciente premio Goya a la mejor película documental por Escuchando al juez Garzón.

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