domingo, 21 de octubre de 2012

¡Vota, cabrón! Mientras la democracia se reduzca

a las elecciones y las votaciones a una estrategia para la impunidad, la democracia continuará siendo un artificio trampero.
La democracia no nos proveerá de verdad pero sí de corresponsabilidad en el ejercicio del poder. Si éste carece de control, se  convierte en un sarcasmo. España carece de controles y sanciones definitivas que no se curan con otras votaciones...

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