el papa Francisco I: Tú sabes que, además de pecador, algo bobo y osado, no me queda más remedio que declararme charnego, judío, negro y, ahora, después de escucharte, de derechas, aunque sea zurdo. ¡Nunca nazisocialista ni comunista criminal! A ver si la gente y, sobre todo, los salvadores de la humanidad, entienden que si no se identifican con los más desgraciados para garantizarles respeto, igualdad de derechos y obligaciones y libertad corresponsable, están utilizando la democracia para engañar y arrasar a los ciudadanos en una carrera loca hacia la autodestrucción.
Francisco I: Es decir, que tenemos que tener los mismos sentimientos que Jesucristo. Y no olvidarlos o recordarlos sólo de boquilla. Y eso sólo es empezar porque Jesús nos pide y ofrece la santidad.
- ¡No nos queda nada!
- ¡No nos queda nada!
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