esto es mi finca. En Andalucía, claro, hecha de señoritos y esclavos. Yo soy el último esclavo convertido en señorito, inculto, hortera y ladrón, con tanto dinero como para quemar veinte vacas... Mi partido y mi sindicato me han convertido en el auténtico Robinjú a repartir con mi banda, claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario