con curiosidad y desmayo, ha muerto..."Cruyff fue uno de los nuestros. Estuvo siempre a favor de nuestra felicidad, y todo lo que hizo y dijo y enseñó a hacer fue una maravillosa conspiración para que estuviéramos contentos. En el centro de su ser estaba la alegría. ... Con las dos Ligas de Tenerife, y la del penalti de Djukic, aprendimos a dejar de quejarnos y a entender que la suerte estaría de nuestra parte si sabíamos sonreír. Él nos enseñó a confiar en el talento y a ganar, y a coser un relato con el deseo de un mundo mejor hallando la paz en el ojo del huracán. ... pensábamos que la muerte era algo que les ocurría a los demás, pero nunca a quien supo hacer de la astucia su diversión y se burló de todo lo que podía hacerle daño. Por ello, de todos los sentimientos por la muerte de Cruyff, uno prevalece por encima de cualquier otro: y es que con él se agota nuestra última esperanza de vivir para siempre..."
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