lunes, 7 de marzo de 2016

Me envía Ana unas vistas evocadoras de tiempos sublimes.

 Me predije que la ensoñación de los amaneceres, atardeceres, y vigilias y la profundidad húmeda de las noches de Roma, me sería más grata en su evocación que en su vivencia desbordada de estudiante, soñador y delirante. Bendita sea María Santísima... Gracias por esas vistas amadas que su imagen resalta.
                           

1 comentario:

Anónimo dijo...

LAS IMAGENES QUE SE GUARDAN RETENIDAS DESDE LA JUVENTUD SON ESA SUERTE
DE SORTILEGIO QUE NOS AVASALLAN CON FRECUENCIA.
Y NOS QUEDAMOS SUSPENDIDOS RECREANDO LO VIVIDO.
NO PUEDO OLVIDAR UN ENSAYO DE GENIALES CANTANTES EN LAS TERMAS DE CARACALA, JUSTAMENTE AL ATARDECER.
CIELO QUE SE INCENDIABA DETRAS DE LAS RUINAS, PIEDRAS CARGADAS DE MISTERIOS Y OTRAS VOCES DEL PASADO CON UNA NEGRITUD ANUNCIANDO LA NOCHE, EL ROCÍO CAYENDO COMPLICE SOBRE LA PIEL.
Y LA RESPIRACIÓN ENTRECORTADA...TAL VEZ DESEANDO EN LO PROFUNDO QUE UNA PERSONA NO ESTUVIERA TAN LEJOS, QUE PUDIERAMOS ABRAZADOS DISFRUTAR
DE ESA GLORIA QUE DIOS NOS PERMITÍA...EN FIN...ROMA............GLA.