La metáfora de Rafa Nadal rebasa el tenis y el mundo del deporte en general. Su trayectoria es una lección de vida y cuando más le dan por muerto más arriba resucita. Tal como en la máquina perfecta de su cuerpo no hay espacio para la grasa, en su alma elevada muy por encima del tráfico diario no hay rincones de cinismo y todo es esfuerzo y voluntad. (Sostresen ABC)
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