espionajes telefónicos y contratos a dedo para vivir a costa de una servidora. Se nos está produciendo una alteración genética en una democracia de sinvergüenzas y mamones. Y no sólo en ayuntamientos como Adeje (¿Es verdad que el 97% del presupuesto minicipal se destina a personal, en buena parte colocado a dedo?
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