termitero sin mi, atemorizándome con la errada sospecha de qué sería de mí sin el termitero. Hablan de la función parasitaria de las organizaciones mafiosas cuando en un termitero, el 95% lo forman las termitas obreras (dedicadas a la servidumbre de por vida, con alguna excepción), el resto lo forman las termitas guerreras y la reina madre y sus privilegiados zanganetes (la nomenklatura de todos los tiempos) con la maravillosa función equilibrante de las feromonas... ¡Qué listo soy! ¿Dónde están mis asesores para parir nuevas ocurrencias? Lo nuestro, como las cucarachas, sobrevive a cualquier cataclismo. La democracia es la fórmula más cómoda para que los últimos de la clase podamos mandar y arramblar con todo. So bobos. Además, esto es lo que soñaba Marx y mi abuelito para cambiar el universo, la dictadura del proletariado que es mi termitero... tragando y calladito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario