viernes, 11 de septiembre de 2009

La celebración de una fiesta tribal es el sueño sobre

el que enraizan sus ambiciones estafadores, usurpadores y sectarios a base de mentiras y de trampas. El recuerdo de Antonio de Villarroel y de Rafael Casanova no es otro que el de dos patriotas empeñados en la defensa de España contra la sucesión en el trono español de Felipe V, de la Casa de Borbón (contra la dependencia de Francia), y a favor del archiduque Carlos, de la Casa de Austria (que, por aquel tiempo, ya había renunciado a la pretensión del trono español), como se recoge en la proclama:..."todos, como verdaderos hijos de la patria, amantes de la libertad, acudirán a los lugares señalados, a fin de derramar gloriosamente su sangre y su vida, por su rey, por su honor, por la patria y por la libertad de toda España", en una resistencia que el pueblo entendía menos que su desesperación y su hambre y que, definitivamente, concluyó con una rendición, dignamente pactada, a las tropas del duque de Berwick con el acato y sometimiento al vencedor rey Borbón.

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