retirando los recursos de anticonstitucionalidad del Estatut de Cataluña ante el Tribunal Constitucional podrán librarse de su condición de anticatalanes cuantos odian a Cataluña.
Con lo fácil que me ha resultado a mi hacerme más papista que el papa, es decir, más catalanista que Pujol, para alcanzar con mis compañeros, tan socialistas como nacionalistas (NAZIS en alemán), las más altas cotas de poder. Basta conseguir que el proletariado se avergüence de su origen y apellidos, de su lengua materna, de no tener raíces cercanas ni profundas; es suficiente con que olvide sus derechos humanos, personales e intransferibles, que se deje controlar, perseguir, atropellar y humillar por no ser catalanista, convencerlo de que puede conseguirlo, ocultando su tan ignominiosa condición y, aunque sea en plan marrano, asuma nuestra superior cultura y renuncie a la suya ignorante, pobretona y arrastrada por el imperialismo españolista y facha persistente, de transterrados, ganapanes y chachas. Quienes no lo hagan así serán enemigos de Cataluña y, por tanto, expulsados de la vida pública. Con lo fácil que es pertenecer a una clase inferior. Gracias a ella, nosotros, los neoconversos y gañanes de rebaños de charnegos, podemos alcanzar la clase superior y conseguir los puestos más altos. Las cámaras de gas eran muy escandalosas.
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