ricos contra los pobres, los explotadores para someter a los explotados, los violentos para chulear a los que amamos la paz y probar sus armas. Además, envían al frente a los desgraciados, mientras que ellos se quedan para los desfiles. Nunca mais! Más nunca ese chapapote moral. Nosotros somos el flower power y nuestros ejércitos han iniciado la era de su disolución, la era de los abrazos a los enemigos. Vivimos momentos heoicos. A nuestros soldados los enviamos mal defendidos porque aquello no es una guerra sino una terapia de grupo promovida por la Alianza de las Civilizaciones (Por eso, nuestro país es uno de los primeros exportadores de armas) y porque nuestro amito ZP quiere ser amigo de Obama. Ahora bien, si es necesario, y es probable que sea necesario, enviaremos a Afganistán a unos 200 profesionales más. De esos a los que les va la marcha.
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