Es descorazonador que hayas creado la metafísica para esto, un metafísico entregado al enredo, al engaño y a las tinieblas por una sórdida y sectaria ambición política, más vergonzosa que la de Glaucón.
Aristóteles: Han sido inútiles tus sabios diálogos y metáforas. Incluso, han utilizado el glorioso Mito de la Caverna para esclavizar a los hombres en vez de estimularlos hacia el conocimiento y la luz como requiere una educación verdadera, aunque sólo fuera con un sustancial pacto por la educación.
Platón: Se han revestido de metafísicos y educadores del pueblo quienes se entregaron a los sofismas y al menudeo demagógico, desalentados ante la búsqueda de la verdad y la sobria lealtad a la ley y a los ciudadanos que nos enseñó el más bueno de los hombres, Sócrates.
Aristóteles: Peor. Han destruido el Partenón y convertido sus ruinas en nido de oportunistas y corruptos. Incluso, ávidos de dioses cercanos que los exculpen y protejan, han sustituido a Palas Atenea por una especie de merluzo volador de cejas circunflejas.
Platón: No corren tiempos buenos para los amantes de la sabiduría. De todos modos, siempre nos quedará la ilusión del sacramental banquete y la posibilidad de compartir el entusiasmante camino de quienes se disciplinen por un superior y amoroso empeño por la verdad.
Aristóteles: Si es espúreo poseerla no nos queda más remedio que merecer ser poseídos por ella. Éste es nuestro camino.
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