Aquí, todo el mundo debe hablar la lengua del mío avo. Los parias de la tierra no tienen ni mama ni avo. Yo sí. Por eso, mi colaboración con la inmersión lingüística. Además, no sé por qué estos parias son tan incómodos y agresivos... Con lo bonitos que están calladitos como los muertos en los cementerios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario