lunes, 12 de septiembre de 2011

Por mucho que el totalitarismo se revista de seda

totalitario se queda. El sectarismo en un filósofo queda feo. En Gabilondo feísimo, ese ministro no ya del Señor sino del partido (elefante en cacharrería educativa por tantos años) que, encima, ha cambiado de fe.

No hay comentarios: