pretensiones y caprichos como condición democrática, ahora con ocasión de actualizar la Constitución para responder a las exigencias de control del déficit provenientes de la Unión Europea. La democracia es consenso y enjuague. Y nosotros, intocables. O se hace lo que decimos o rompemos la baraja. Nuestra representación es mínima, pero este es nuestro poder ante partidos amariconados.
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