con tal de beneficiarse del termitero, me engañaban en nombre de la España plural, esa fórmula mágica de delirantes que me convertiría en príncipe del diálogo y de la paz? ¿La ambición de la Chacón y del Montilla, esos neoconversos torquemadas, me llevan al suicidio? La socialdemocracia ha acabado siendo un cuento chino de incompetentes, descreídos y ambiciosos horteras, gusanos ciegos de arrogancia y envidia de los ricos, incapaces de superar una oposición, con la convicción de hipnotizar a las masas con sus mentiras, sus limosnas y la garantía de llevárselo crudo. ¡Soy un gilí!
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