domingo, 18 de septiembre de 2011

La derecha extrema de la Chacón (dígalo con la

misma arrogancia y desprecio con que ella lo hace para intentar comprender su torpeza y disponerse a la magnanimidad y empatía de las que carece) arremete con su látigo de dominatrix contra los que no piensan ni sienten como ella. En declaraciones, tras la reunión del Consejo Nacional del PSC, ha opinado que los sectores opuestos al nacionalismo catalán "a veces hacen de tertulianos y braman contra Cataluña: tienen una visión tan excluyente de su España, que quieren imponer el castellano, aunque tengamos cuatro lenguas". "A veces son politiquillos, que te encuentras recogiendo firmas en plazas. Y a veces tienen toga y te los encuentras intentando imponer su ideología con sentencias, desde los más altos tribunales de Estado"..."Siempre hemos sido el progreso, hemos estado en la vanguardia respecto al resto de España y un paso por delante en cuanto a democracia. Por eso, como me decía mi abuelo, Catalunya molesta a los caciques", ha añadido.
Ha lamentado que ocurre lo mismo a la inversa, ya que los independentistas magnifican a los anticatalanes y persiguen el mismo fin: "Una Catalunya fuera de España y una España fuera de Catalunya".
Esta muestra de neanderthal primitivismo y de ignorancia (no podría aprobar Ética de la Eso y, menos, Filosofía de Bachillerato), que con tanto desparpajo reduce el mundo a sus entendederas, ignora que como constituyentes españoles amamos tanto el español como el catalán, España toda y Cataluña como nuestras y no excluimos a nadie ni sus creencias ni sus sentimientos.
La tentación parafílica de dominatrix es una suerte de totalitarismo tiránico que necesita asistencia técnica, por mucho que sea refugio morboso de su mezquindad.

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