sábado, 15 de octubre de 2011

La ministra Chacón-Millán-Astray ataca a

los jueces que sentenciaron que el español sea vehicular en Cataluña y promueve su desobediencia, dispuesta a marrullear con ZP y Montilla para desnaturalizar la sentencia del Tribunal Constitucional; llama anticatalanes a quienes, legítimamente, denunciaron la inconstitucionalidad del Estatuto de Cataluña (escándalo antidemocrático donde los haya: en aquel tiempo, sólo reclamaba el Estatuto el 5% de los catalanes, lo votó apenas un tercio y se impuso por el capricho de una clase dirigente dispuesta a dar soporte legal al caciquismo y al nazionalsocialismo de sus entrañas como fórmula reaccionaria de un federalismo trasnochado, envueltos en la usurpación de una catalanidad excluyente, al margen del resto de los ciudadanos y con el apoyo delirante de ZP); agita las pasiones más antidemocráticas por un cordón sanitario contra las fuerzas políticas que no piensan como ella o no ceden a su totalitarismo como el fascismo salvador del general Millán-Astray que iba a cortar por lo sano y que lo reclamaba contra los nacionalistas vascos y catalanes. La niña de Felipe y preferida de ZP, se produce tan arrogante y despreciativa como el general para limpiar y excluir a quienes no se le rinden como a los "nacionalistas españoles"  y de derecha extrema (otros inventos de sus congéneres).
El hiperrealista Taif pinta su derecha de una longitud extrema y su izquierda de florero autosatisfecho. Vergüenza para los sedicentes lo contrario de lo que realmente son.

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