cínico y arrogante sedicente demócrata, divino distribuidor entre buenos y malos y luchador por la famélica legión, testigo de los disparates que empezaban a urdirse a la hora de cambiar a España de forma que no la conociera ni la madre que la parió, enraizando su desidentificación y su ruina. Fué uno de los que empezaron a organizar universidades de partido y a impartir pseudofilosofía del derecho y criptografía para el acceso al poder, mantenerse en él y corromperlo, en nombre de su fatuo mesianismo retórico y sectario. Felador del poder y del delirio del loqueta ZP en contra de las Víctimas del Terrorismo para proceder a la rendición a ETA y a sus corifeos, socialistas silentes y otros sórdidos colaboracionistas. La Chacón lo llora. Que Dios los perdone.
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