subvenciones de las que han vivido, algunos incluso desde tiempos de Franco, los contratos privilegiados y astronómicos, los programas exclusivos, el coto cerrado, su sedicente progresismo charlatán en beneficio de las clases populares y el cuento de compartir compromisos por la redención de la cautiva y famélica legión. Van a iniciar misiones populares para ofrecer entretenimiento de calidad y extender la cultura entre la gente y los pueblos perdidos, por lo que han devuelto al estado todo lo que han acumulado durante tanto tiempo de privilegio exclusivo y escluyente. Han tenido que volver al carromato o a las furgonetas de segunda mano para acercarse hasta los rincones más alejados. Dicen que así se sienten libres de cualquier mediatización del poder y pueden dedicarse a su alta vocación de servicio a los ciudadanos. A los Bardem, a lo mejor, les consiguen un furgón tuneado de los años cincuenta porque van a tener más familia y también le han garantizado una litera a su madre.
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