jueves, 13 de febrero de 2014

Tardá arremete contra los empresarios

alemanes que se oponen al proceso secesionista, acusándolos de nazis. El matonismo de este energúmeno que ninguna democracia debería consentir, es conocido y somete al silencio a los ciudadanos pacíficos que, hasta ahora, podrían recurrir a la ilusión de que "en todas partes hay algún loco suelto", excepción que confirmaría todavía la consistencia del sistema.
Pepe García Domínguez comenta: "Por eso lo extravagante de la situación: en una población de siete millones y medio de almas sólo se atreven a disentir abiertamente de la doctrina oficial varias docenas de ciudadanos alemanes y… tres aborígenes: José Manuel Lara y los hermanos Muñoz, más conocidos en el siglo por los Estopa. Entre siete millones y medio, tres. Ni uno más. Es sabido, Cataluña se caracteriza por su muy hondo sentido democrático: nadie discrepa jamás de nada fundamental, y a quien se le ocurra hacerlo se le invita a que se largue. Aunque si los alemanes pueden, los autóctonos también". 

No hay comentarios: