FERNANDO Savater y Maite Pagazaurtundúa, entre otros, impulsan un manifiesto por «un fin de ETA sin impunidad». Me habría gustado mucho poder firmarlo, pero no lo voy a hacer. Una cosa es lo que me gustaría, y otra suscribir iniciativas noblemente testimoniales destinadas, por su inutilidad, a producir melancolía. ETA quedará impune, ya ha quedado impune, porque el pragmatismo del bloque constitucional o de lo que él sobrevive así lo exige. ETA es y será impune porque -pongo por caso- el partido del Gobierno necesita que el PNV apruebe los Presupuestos Generales del Estado y el PNV necesita la impunidad de ETA para tener la fiesta en paz. Para tenerla fuera, pero, sobre todo, en casa. O sea, para que la izquierda abertzale no quiebre la cohesión de la comunidad nacionalista vasca.
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