sábado, 4 de julio de 2009

El legislativo está hipotecado por el nacionalismo,

atropellando los derechos humanos individuales que ZP y Montilla, con el resto de sus huestes, han rendido al totalitarismo humillante del nazionalsocialismo (¡el fascismo viene de rojo!) por obra y gracia de estos paracaidistas (pichapins) de la política y de la democracia. La delectación con la que sienten haber impuesto la paz de la sumisión y de los cementerios, por ejemplo con la reciente Ley de Educación de Cataluña, es la recreación de su autosuficiencia prepotente. ¿Alguna vez entenderán estos secuestradores de la dignidad de la gente que aunque defendieran la lengua de los ángeles si no respetan el derecho de cada uno a su lengua y a su manera de interpretar el mundo, se instalan en la tiranía?

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