el poder eternamente y enmascarar mi vocación totalitaria y tiránica es ir con el cuento de que soy salvador de los parias de la tierra. Veo que todavía hay mucha gente que traga embustes mientras los salvadores y sus rémoras devoran los esfuerzos de los ciudadanos. Cuento con patrones exitosos a quienes les he puesto unas velas.
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