decidido multar con 750 euros a quien le insulte. Ignora hasta qué punto la arrogancia, el insulto y la difamación son más fáciles de producir, sobre todo para horteritas prepotentes como el que se despachaba tratando de "tontos de los cojones" a los que votaran a la derecha, que reparar y compensar la multiplicada dispersión del disparate. En el pecado está también la penitencia. Pague el Sr. Alcalde, de su bolsillo, la multa que impone a los demás por recordar su desparpajo.
2 comentarios:
cuando van a largar al tonto de los cojones y su hijo(saga Castro)y limpiar con zotal, su despacho.
"joder que tropa"
cuando van a largar al tonto de los cojones y su hijo(saga Castro)y limpiar con zotal, su despacho.
"joder que tropa"
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