lunes, 24 de enero de 2011

Francisco de Sales, patrón de los periodistas, estaba

convencido de que "la mejor manera de predicar a los herejes es el amor, aún sin decir una sola palabra de refutación contra sus doctrinas". De todos modos, iba repartiendo, escritas con su propia mano, octavillas para desenmascarar errores y aproximar a la gente a la verdad. Distinguido por su alegría, amabilidad y control de sus pasiones, provisto de gran sabiduría y conocimiento, austeridad y pobreza estuvo entregado a los demás, siguiendo el ejemplo de su señor Jesucristo.

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