gato!
Un fantasma recorre Europa dispuesto a comerse a gatos, gatones, dormidos y dormilones por una sencilla razón: el que quiera un estado despilfarrador, desequilibrado, injusto e, incluso, antidemocrático, chulesco, vago, caótico, caciquil y mafioso que se lo pague con su trabajo no con el ahorro y el sacrificio de los demás.
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