de Puccini, interpretado por Mao Asada. Son tiempos en los que no podemos dormirnos (Rubalkaba si puede te la clava). Si acaso, estimularnos, por ejemplo, con esta vibrante interpretación del VINCERÓ de la bellísima bailarina japonesa, modelo de esfuerzo y excelencia. Por el esfuerzo y la excedlencia a la mejor convivencia entre hombres libres e iguales. Sirva como solaz para nuestro corajudo empeño ante la zafiedad de nuestros dirigentes.
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