preparadas (por cientos de miles) que había diseñado, con provisión económica personal, para regar algunos barrios de Barcelona no sea que crezca la fantasía de que "todo el monte es orégano" sin resistencia. El orégano somos hierbas medicinales -antioxidantes y antimicrobianas- y olorosas nada reducibles -incluso sus hojas secas potencian sus virtudes-. Menos, por el matonismo cobarde y reaccionario del secesionismo (el "suelto o los solos coincidentes" disponen la acción a su soporte y eficacia, por pequeña que ésta sea, comunitarios).
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