Salvador de Madariaga hizo una observación muy repetida y sin embargo falsa, al equiparar la sublevación izquierdista-separatista de 1934 con la derechista de 1936. Según él, la izquierda, al rebelarse en el 34, se habría privado de toda razón moral para condenar la contraria del 36. La realidad fue muy distinta: el PSOE y la Esquerra, apoyados por casi todo el resto de la izquierda, se alzaron contra un gobierno democrático salido por gran mayoría de unas elecciones normales, y lo hicieron con la intención de organizar una guerra civil. El gobierno, legítimo y democrático, mantuvo la legalidad republicana y no respondió con un contragolpe “fascista”.
" ¿Por qué ganaron los nacionales? Nada mejor que el testimonio de varios dirigentes izquierdistas: ...Azaña: “Lo que me ha dado un hachazo terrible, en lo más profundo de mi intimidad es, con motivo de la guerra, haber descubierto la falta de solidaridad nacional. A muy pocos nos importa la idea nacional, pero a qué pocos. Ni aun el peligro de la guerra ha servido de soldador. Al contrario: se ha aprovechado para que cada cual tire por su lado”. Besteiro: “La reacción contra ese error de la República de dejarse arrastrar a la línea bolchevique, la representan genuinamente, sean los que quieran sus defectos, los nacionalistas que se han batido en la gran cruzada antiKomintern". Marañón: “¡Qué gentes! Todos en ellos es latrocinio, locura, estupidez. Tendremos que estar varios años maldiciendo la estupidez y la canallería de estos cretinos criminales y aún no habremos acabado. ¿Cómo poner peros, aunque los haya, a los del otro lado? Y aún es mayor mi dolor por haber sido amigo de tales escarabajos” Podrían ponerse muchas más citas, que desmienten el “Himalaya de falsedades” con que engañaban las izquierdas y separatistas a las “almas ingenuas”, como decía Besteiro. Himalaya que hoy representa cumplidamente la infame ley de memoria histórica" (LA GACETA)
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