de España. El subconsciente de Junqueras ha desnudado la verdad: el soberanismo no trata tanto de huir de España como de su justicia... "Son de pensamiento simple. El nacionalismo, que no es una ideología sino una creencia, funciona con esquemas mentales pueriles, asociados a sentimientos primarios. El más elemental es el de nosotros/ellos, la dualidad esencial de la tribu que permite identificar a buenos y malos con un sencillo mecanismo de pertenencia. Ellos, o sea, los otros, son los malos, claro. Los que les roban, los desprecian, los odian, los oprimen. O los juzgan, cómo se atreven: los someten a su arbitraria justicia de seres ajenos y de leyes ajenas y, por ello, ilegítimas y perversas. Se llama xenofobia pero no lo saben. En la última Diada, los independentistas dejaron unahuella nítida de esa mentalidad intelectualmente básica. Aquel vídeode instrucciones para acudir a lamanifestación que, como señalócon crueldad vitriólica Arcadi Espada, parecía elaborado para personas con cierta inmadurez cognitiva. Fue un éxito: salieron cientosde miles de ciudadanos a la calle ycumplieron con escrupulosa disciplina aquellas consignas prescritas en lenguaje de Barrio Sésamo.Todos ellos creen con toda confianza que la independencia les hará seres más libres, más ricos,más honestos y hasta más sanos. (Y a algunos, más impunes). Con la misma intensidad narcisista... (Ignacio Camacho: ABC)
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