El jugador del Barcelona reconoce: «Cometí un error. Debí irme al Manchester United en vez de al Barcelona. Cuando llegue había mal ambiente en el vestuario entre los jugadores holandeses y los catalanes. El que dirigía el vestuario no tenía la suficiente fuerza ni carisma para dirigir al equipo. Estaba muy feliz de fichar por el Barcelona, pero quería concentrarme en el fútbol. La política y el nacionalismo que se respiraban en el vestuario fueron demasiado para mí», se sincera el exfutbolista galo campeón del mundo con su selección.
«Tan pronto como llegué al Barcelona la gente me decía: 'no aprendas castellano, tienes que aprender catalán'. A lo que yo les contestaba: 'Estoy en España, ¿no?'. Y ellos respondían: 'No. Estás en Cataluña'. Acabé harto de este tipo de cosas. Entiendo su identificación, pero eso está muy cerca del racismo. Hablamos de fútbol, no de política ni religión. Quise irme», explica.(ABC)
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