...Alemania previó que sacando a Rusia de la contienda encontraría menos dificultades para imponerse en la Gran Guerra. Lo hizo pero la perdió. A su vez, los gobiernos provisionales formados tras la abdicación del zar en marzo de 1917 -primero de Lvov y luego de Kerenski- interpretaron que permaneciendo leales a la causa aliada detendrían a Lenin. No lo consiguieron. Por su parte, los aliados pensaron que combatiendo a los bolcheviques y manteniendo el bloqueo a la importación de productos alemanes debilitarían a la potencia enemiga y finalmente apaciguarían el frenesí revolucionario. Efectivamente, los aliados ganaron la Gran Guerra pero se desangraron en una interminable y despiadada guerra civil rusa que sirvió a Lenin para imponer la implacable disciplina del terror bolchevique en todo lo que fue el Imperio del zar. Lenin se convirtió en el nuevo zar que sustituyó el esplendor de la Corte por la aureola popular. (EL MUNDO)
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