La supresión de la versión en castellano de la web de la Casa Blanca supera el umbral de la anécdota y pone de manifiesto los recelos que ha provocado el empuje del castellano en Estados Unidos. En referencia a la política de Trump, cuyo proteccionismo económico lo ha llevado a perseguir el idioma español, Mario Vargas Llosa llamó ayer a los países hispanohablantes a movilizarse «cuando un peligro se cierne sobre nuestra lengua » . Frente al exceso de confianza que supone enviar a Eurovisión canciones en inglés, defender la lengua española ha de ser una cuestión de Estado irrenunciable. Resulta paradójico que haya sido Trump – a la contra– quien mejor haya evaluado el poder de lo que considera una amenaza y que para España es, contante y sonante, una inmensa oportunidad.
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