acepté ser el guionista del consultorio de Elena Francis durante 18 años, de 1966 a 1984", explicaba en las páginas de EL PERIÓDICO Soto Viñolo en el 2009. "Fui el cuarto y último redactor después de tres señoras. Las circunstancias de la época, a pesar de trabajar en Radio Nacional de España en Barcelona, me impulsaron a aceptar el encargo. Elena Francis me convirtió en un hermafrodita del periodismo. Por la mañana, bragas, y por la tarde, calzoncillos. Así repartía mi tiempo. Escribía la Francis por la mañana y por la tarde cubría mi turno de redactor en RNE. Todavía me quedaba tiempo para escribir crónicas de toros y colaboraciones". Así lo contaba por escrito, pero también de palabra, con esa sonrisa pícara que tanto le caracterizaba.
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