Algunos se creen que no hay nada más moderno ni avanzado que permitir que los hijos cambien de sexo sin contar con los padres; y que el colmo del progreso es que el Estado se haga cargo de la diversidad sexual de esos “pobres” niños, amenazada por la intransigencia y cerrazón de sus progenitores. Lo irónico del caso es que eso tan progre, tan avanzado y tan democrático que defienden las leyes de adoctrinamiento LGTB de 11 comunidades autónomas o la ley mordaza LGTB de Podemos es un invento patentado por regímenes que no eran precisamente progres, avanzados ni democráticos... Usurpar la patria potestad vulnerando el derecho de los padres a la educación de los hijos es lo que hizo la Rusia estalanista con los jóvenes Pioneros, capaces de delatar a sus progenitores como hizo Pavel Morozov que denunció al suyo por traidor; o la Alemania nazi en la que los niños entraban a los 10 años en el ‘Jungvolk’ (Pueblo Joven) y a los 14 años pasaban a las ‘Hitlerjügend’ (Juventudes Hitlerianas)... y si algún padre se le ocurría invocar el derecho a la educación ya te puedes imaginar dónde terminaba. (Actual/Brief)
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