sábado, 30 de septiembre de 2017

El independentismo es un movimiento anacrónico.

Para el filósofo Javier Gomá (Bilbao, 1965), autor de Tetralogía de la ejemplaridad y Filosofía mundana, «el independentismo es un movimiento anacrónico, porque el signo de los tiempos es ahora el cosmopolitismo. El referéndum, un acto revolucionario, sólo se justifica en situaciones de tiranía, pero está injustificado en el contexto de una democracia europea como la española».  La crisis económica, en su opinión, ha sido determinante. «Desgasta el sistema creado por la Constitución de 1978. Para canalizar el descontento, surgen los movimientos antisistema: el populismo de extrema izquierda y el independentismo catalán. Luego concurren dos defectos que acompañan siempre a la política: el cortoplacismo (Gobierno central) y el oportunismo (Gobierno autonómico de Cataluña). La pasión caliente del nacionalismo moviliza a la gente mientras que la democracia se basa en la templanza, la cual es escasamente movilizadora. Y además quienes se movilizan, se organizan, mientras que los constitucionalistas actúan como individuos, no grupalmente».

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