siguiendo la voluntad de su señorito ZP de urdir el camelo (¡otro más!) de UN NUEVO PACTO POR LA EDUCACIÓN, "urgente y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias Señor, Dios de los ejércitos" (se le ha ido con el baifo reverencial, según el ritual romano, su rendida entrega al "divino-ZP-que-te-pego-leche"), como corolario de sus pesquisas, dialoguetes y entremanos, confiesa haber alcanzado el mejor pacto posible, ocultando los puntos que se siguen: no nos interesa una educación que no sea agitación y propaganda de nuestro dogma regre, cutre, torpón y anticonstitucional, vía hechos consumados; nuestra educación debe disponer a la rendición lanar y a la usurpación cateta del ciudadano como colectivo domesticado y, como decía Lenín, "Libertad, para qué". Nosotros somos el candil de la famélica legión y lo demás fuerzas reaccionarias. Mientras se reponen de nuestra desfachatez y nuestros golpes, les robamos la cartera (ese es nuestro reino y nuestro cielo que, como decía Jesucristo, padece violencia, chúpate esa).Bengalas es un artificio lanzado al aire que intenta claridad sobre ámbitos que requieren nueva luz y perspectiva, como prueba PIRA (provocadora, informadora, reforzadora y amablemente diagnóstica). Luego, viene la reflexión, el diálogo y un procesamiento más complejo (J. Segura Munera).
sábado, 24 de abril de 2010
Monseñor Gabilondo, ministro de Educación,
siguiendo la voluntad de su señorito ZP de urdir el camelo (¡otro más!) de UN NUEVO PACTO POR LA EDUCACIÓN, "urgente y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias Señor, Dios de los ejércitos" (se le ha ido con el baifo reverencial, según el ritual romano, su rendida entrega al "divino-ZP-que-te-pego-leche"), como corolario de sus pesquisas, dialoguetes y entremanos, confiesa haber alcanzado el mejor pacto posible, ocultando los puntos que se siguen: no nos interesa una educación que no sea agitación y propaganda de nuestro dogma regre, cutre, torpón y anticonstitucional, vía hechos consumados; nuestra educación debe disponer a la rendición lanar y a la usurpación cateta del ciudadano como colectivo domesticado y, como decía Lenín, "Libertad, para qué". Nosotros somos el candil de la famélica legión y lo demás fuerzas reaccionarias. Mientras se reponen de nuestra desfachatez y nuestros golpes, les robamos la cartera (ese es nuestro reino y nuestro cielo que, como decía Jesucristo, padece violencia, chúpate esa).
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