domingo, 6 de noviembre de 2011

¿Hubo alguna vez cinco vírgenes prudentes?

Es la típica pregunta machistoide. Reparo no sólo en algunas de mis admirables amigas sino en el instituto laico que desde la más antigua tradición cristiana escogió esa dedicación con el patronazgo  mártir y virginal de Santa Inés (Quem vidi, Quem amavi, Quem credidi, Quem dilexi), Santa Lucía y Santa Cecilia. Un espíritu descreido y positivista podría sospechar que esa condición no era más que una delirante sublimación, represión o impotencia, sin embargo la dedicación alegre y amorosa a los demás, la magnanimidad y la paz que irradian algunos de esos espíritus sublimes que conozco y tienen nombre propio y cuya amistad me dedican generosos, son más reales y reconfortantes que la arrogancia y la tosquedad de otros de mis burdos conocidos egoístas de simpatías perecederas. ¡Gracias!

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