Tras las elecciones generales, Mas se siente legitimado para hacer recortes económicos ante el disparate de la gestión del tripartito y de la situación general de la economía española y europea. Lo malo es que parece recortar los servicios a los constituyentes para ampliar el nido y fuente de sus intereses y privilegios fascistoides anclados en el cuento de un ideal identitario.
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