sábado, 19 de noviembre de 2011

Un tal Garzón, conocido mal instructor y notable

e impune instrumentador de la administración de justicia en su propio beneficio y en el de sus delirios (no sé para qué existe el Consejo del Poder Judicial que consiente un espectáculo que nos escandaliza y cabrea), continúa pagado de sí mismo y de otros como su amiguito Botín, dando conferencias hasta en CajaCanarias. Con mi dinero no. El tal indiscreto funcionario, inepto y manipulador, marrullero de un bien tan sagrado para la democracia como el poder judicial, se eleva a la nube de la justicia universal como expresión de su ontológica condición del "iudex ergo cum sedebit". Por favor, que, mientras tanto, sea excluido de cualquier función relacionada con la justicia nacional e internacional como fantasmal, que devuelva todo lo ganado en tan sacrílegos menesteres y sea jubilado con la pensión mínima de la famélica legión. El que confiesa que "la Justicia en España es independiente... y que no cree que los jueces puedan actuar por motivaciones diferentes a los que establece la Constitución y las leyes" ha recusado a seis de los siete magistrados que iban a juzgarle en su última comparecencia. Una vez más... Pocos delincuentes señalan con tanta precisión y osadía su propio perfil y el caminito de Jerez.

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