que se pida perdón por el franquismo. Esa cegada necesidad de estos laicos revenidos de exigir rituales de culpa, castigo y perdón parece ser una forma tan excitante como residual de "agitación y propaganda" porque el acto de contrición que se pide para el perdón de los pecados no es un ritual fantasmagórico sino reparación, compensación y rectificación. Justamente es lo que hizo, por contrición o atrición, el franquismo moribundo dando paso a la democracia. La hipocresía bellaca con que se remite cierta izquierda y "laica" a un rito religioso que es algo más que una excusa para volver a dividir el mundo en buenos y malos, siendo malos los "otros", todavía permanece en el hondón miserable del holocausto, del crimen y la inquisición, y que continúa arrasando a quienes no piensan como ellos.
¡JUSTICIA QUIERO Y NO SACRIFICIOS! dice Yavé en el Antiguo Testamento. Pues eso: DEMOCRACIA QUEREMOS, MENOS FARFOLLA Y MENOS CUENTO.
(Hay tibios eclesiásticos que, como siempre, también con Franco, tienen la tentación de entrar en ese juego mentiroso y sacrílego).
(Hay tibios eclesiásticos que, como siempre, también con Franco, tienen la tentación de entrar en ese juego mentiroso y sacrílego).
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