sábado, 12 de octubre de 2013

La dulce equidistancia de la progresía

que sabe nadar y guardar la pasta, el provilegio y administrar la vejación graciosa al contrario, impasible el ademán, el de los instalados de Guisando.
Con Buenafuente, Sardá y Wayoming resalta uno de los últimos papas de la inquisición progre, instalado también en su propio toro de Guisando, esa especie enquistada en la demagogia y en el oportunismo eterno y quieto, beneficiado de los cubiles del poder, repartidor de carnets de demócrata y tan a gustito .

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